“Las emociones son energía en movimiento”

En este artículo vamos a tratar un tema muy interesante y que cada vez preocupa más a las personas, como pueden ser las emociones. Lo trataremos desde un punto de vista nuevo, desde la física cuántica.

En el artículo que trata sobre los valores, se dan algunas pinceladas de cómo aparecen las emociones, pero en este escrito profundizaremos un poco más sobre este tema tan importante para el conocimiento del ser humano.

CÓMO SE CREAN LAS EMOCIONES

¿Qué es lo que hace que ante un evento unas personas reaccionen de manera positiva, otras de forma negativa y otras apenas reaccionen? Es decir, ¿Qué hace que aparezcan las emociones?

Para responder a esta pregunta, trataremos algunas leyes universales que nos pueden ayudar a comprender porqué cada persona reacciona de una forma diferente ante los mismos eventos.

Para comenzar, haremos alusión al tema de los valores.

LAS EMOCIONES Y LOS VALORES

Recordemos que todos y cada uno de los seres humanos tiene una escala de prioridades y valores única y personal.

Todo aquello que apoye lo que es más importante para nosotros -nuestros valores más altos- lo percibiremos y lo etiquetaremos como positivo y todo aquello que desafíe o no apoye lo que es más importante para nosotros, lo percibiremos y lo etiquetaremos como negativo.

Aquello que percibamos como positivo, trataremos de tenerlo en nuestra vida, ya sea una persona, circunstancia o cosa. De otra forma, aquello que percibamos como negativo, trataremos de deshacernos de él, ya sea una persona, evento o cosa.

Cuando percibimos en alguien o algo sólo el lado positivo, agradable y bueno, nos polarizamos de manera que nos deslumbramos y nos encaprichamos de ello. En estas circunstancias, nos hacemos adictos a esta persona o circunstancia y aparecerá el miedo a perderlo.

Cuanto percibimos en alguien o algo sólo el lado negativo, doloroso y desagradable, también nos polarizamos en el otro extremo y sentiremos un rechazo y resentimiento que hará que huyamos inconscientemente de ello.

Durante estas fluctuaciones de las emociones, estamos reactivos.

Pongamos un ejemplo: Imaginemos a una persona cuyo valor más alto es cuidar a su familia. Esta persona está enfocada principalmente en educar de una forma excelente a sus hijos y cuidar su salud de forma excepcional ya que, es lo más importante para ella. Para esta persona, cualquiera que le ofrezca distintas opciones de mejorar la formación de sus hijos, como puedan ser nuevos centros educativos con buenos resultados en los alumnos que han estudiado allí, será valorada muy positivamente y enseguida querrá hacerse amiga de ella. También valorará muy bien que le ofrezcan opciones de estudios nuevos para mejorar la formación de sus hijos.

Igualmente, cualquier persona que le ofrezca libros o audios que enseñen nuevas formas de alimentación sana tanto para ella como para su familia, también será muy bien recibido por esta persona ya que, está apoyando sus valores más altos.

Sin embargo, si alguien trata de comentar que no es bueno ni positivo estudiar ni cuidarse porque no servirá de nada para mejorar la salud ni la situación económica ni laboral, evidentemente, será rechazada por esta persona y tratará de retirarle de su vida.

Tal vez esta última persona que no valora la salud ni el estudio, valorará la espiritualidad o tal vez el área social. Esta persona tratará de convencer a la primera que sus valores serán los mejores y ahí se producirá un diálogo frío, vacío y sin sustancia.

Pongamos un ejemplo mucho más extremo. Siguiendo con el ejemplo de esta persona que valora por encima de todo la salud de su familia y la formación de ellos, supongamos que estos niños son raptados por algún desaprensivo y le dice que serán maltratados si no pagan una generosa cantidad de dinero por el rescate.

Evidentemente, esta persona en la lucha por la defensa de lo más importante para ella, reaccionará de manera imprevisible. Seguramente le invadirá el miedo a perder lo más importante para ella, después la agresividad que es lo que le pone en movimiento para defender lo más importante en sus más altos valores, para dar paso a otras tantas cuantas emociones puedan surgir de esta situación extrema. Todas estas emociones serán las que le pongan en movimiento para rescatar a sus hijos. Probablemente, corra en busca de este dinero para conseguir el rescate, tal vez pida ayuda a la policía o a la inteligencia estatal para poder localizar a los secuestradores y a sus hijos y programar un rescate contundente.

Evidentemente, hará todo lo posible y todo lo que esté en su mano para defender lo más importante para esta persona: la salud y la vida de sus hijos.

Por lo tanto, lo que realmente nos hace reaccionar son nuestros valores y nuestras verdaderas prioridades. Por eso, cada persona reacciona de una manera diferente ante un mismo evento.
Hay un punto en común para todos los seres humanos: la agresividad. La agresividad no es más que una respuesta procedente del miedo a perder lo más importante para nosotros. Por lo tanto, la agresividad es un rasgo del que no podemos desprendernos porque, como seres humanos, nos ayuda a defender nuestros más altos valores.

EL EQUILIBRIO SIEMPRE ESTÁ PRESENTE

En realidad, no importa lo que estemos percibiendo o etiquetando, ya que, en la realidad, todo es neutro. Es decir, todo tiene un lado positivo y negativo por igual, aunque nuestra mente sólo esté percibiendo uno de los dos lados filtrados por nuestros valores.

Haciendo un símil para comprender esta teoría, os invito a imaginar un imán: Todo imán tiene un lado positivo y otro negativo. Si partimos el imán por la mitad, automáticamente se vuelve a dividir en positivo y negativo, si lo volvemos a partir, se vuelve a dividir en positivo y negativo, y así sucesivamente. Siempre existe un lado positivo y otro negativo sin importar el tamaño.

El ser humano también pertenece al universo y, como tal, está compuesto por energía. Como toda la energía, el ser humano está compuesto por átomos, que es la parte más indivisible de la materia. El átomo a su vez, está compuesto por protón -carga positiva- y electrón -carga negativa- por lo tanto, todo tiene lado positivo y lado negativo.

 

Partes AtomoEn el universo, toda la materia está compuesta por átomos divididos en parte positiva –protón- y parte negativa –electrón-.

Según esto, ¿es posible eliminar la parte negativa y quedarnos sólo con la positiva? Rotundamente NO.

 

Al igual que es imposible separar el átomo tampoco es posible separar las distintas partes de nosotros. No es posible separar la parte negativa de nosotros y eliminarla y quedarnos sólo con la parte positiva. Tampoco podemos hacerlo de ninguna persona, cosa o evento.

De esta forma, diremos que todo tiene parte positiva y negativa en la misma medida.

Siempre existe un equilibrio universal. Por ejemplo, de la misma manera que en una parte del globo terráqueo será invierno, en la otra será verano. De la misma manera que una parte de la tierra amanecerá, en la otra anochecerá, y así sucesivamente.

Siempre existe una dualidad en el universo y sincrónicamente se darán los dos lados de la misma ecuación (positivo y negativo) por lo tanto, tratar de eliminar un lado de la vida es tratar de vivir en una fantasía.

Hemos aprendido en estos últimos años la conocida teoría del “positivismo” y hemos aprendido a apreciar sólo la parte positiva de las cosas, y es algo muy interesante, pero eso no es del todo cierto ya que, la parte negativa también existe. No podemos deshacernos de una parte de la ecuación de la vida.

Lo más sabio es ver el lado opuesto de la ecuación y ver cómo también nos está ayudando a conseguir lo que deseamos.

Recordando el imán del ejemplo y suponiendo que el imán lo acercamos a otro imán ¿qué lado es el que atraerá? El opuesto.

Por lo tanto, al igual que el imán, la ley universal dice que todo el universo permanece en constante equilibrio, el universo posee dos lados: positivo y negativo, atrayéndose y repeliéndose.

Teniendo en cuenta esta premisa, cuanto más nos enfoquemos en ver sólo la parte positiva y, sobre todo, buscar sólo el placer y la parte agradable de las personas, cosas y eventos, más estaremos atrayendo su opuesto, el negativo; y nos sentiremos frustrados al no conseguir vivir en la fantasía de que la vida debe ser agradable, simpática y positiva.

No hay nada ni nadie que sólo sea positivo, eso es una ilusión.

Por lo tanto, la sabiduría es ver los dos lados de la ecuación: el positivo y el negativo. Esto traerá equilibrio y disminuirá nuestra reactividad ante los acontecimientos de la vida.

Cuanto más te enfoques en buscar sólo el lado positivo, amable, alegre, placentero, de las personas, cosas y circunstancias, más atraerás su opuesto en forma de desafío y quedarás frustrado por no vivir en una ilusión.

El ser humano no ha venido al mundo para ser feliz y experimentar siempre la parte agradable de la vida; sino que ha venido con un propósito de dar un servicio a la humanidad. En este propósito de vida obtendrá placer y dolor, alegría y tristeza, porque el ser humano necesita los dos lados para crecer y sacar el genio oculto.

El dolor nos ofrece sabiduría y nos ayuda a estar en equilibrio. La tristeza nos empuja a conectar con nosotros mismos, nuestra esencia y nuestra verdadera alma.
No es posible tener una vida unilateral, sino que siempre habrá un equilibrio universal que nos lleve al centro de la dualidad.

Si observamos el siguiente dibujo en donde aparece la parte positiva y negativa, observamos que cuanto más placer obtenemos según nuestros valores, más eufóricos y orgullosos nos sentimos. Cuando sucede esto, estamos jugando todas las cartas para atraer su opuesto en forma de desafío en el mismo grado de euforia y orgullo que sentimos.

Euforia Orgullo

Hay quienes consideran esta circunstancia como un “castigo divino”, pero en realidad, no existe tal cosa. En este caso, el universo nos está llevando al equilibrio, pues cuando estamos en la euforia, nos desconectamos de nuestra grandeza, incluso podemos sentirnos que estamos por encima de los demás; lo que denominamos como “orgullo”.

No hemos venido a vivir siempre en la euforia ni en el orgullo, sino que hemos venido a vivir en el centro del lado positivo y negativo, y ese es el amor verdadero: Amar todo en su esencia, con el lado positivo y negativo.

Por el contrario, cuando vivimos en un estado de depresión y tristeza, estaremos atrayendo su opuesto, aunque a veces nos cuesta percibirlo. Tal vez algún amigo o familiar se ofrezca para acompañarnos o escucharnos y tal vez aparezca el libro o noticia que necesitábamos para seguir caminando. Recuerda que nada falta, todo está presente. Sólo falta abrir los ojos y verlo.

Vivimos oscilando entre los dos lados de la ecuación: la alegría y la tristeza, el orgullo y la vergüenza, el placer y el dolor y eso es lo que nos hace estar reactivos ante las circunstancias de la vida. Aquello que percibamos como positivo según nuestros valores, nos dará alegría, euforia y nos hará sentir orgullosos. Aquello que percibamos como negativo según nuestros valores, nos dará tristeza, depresión y avergonzados.

Cuanta más sabiduría tengamos, estas oscilaciones serán menos acusadas. El equilibrio es lo que nos lleva a percibir el “cuadro completo”, la verdad y el amor.

COMO VIVIR EN EQUILIBRIO

Para conseguir vivir en equilibrio y ganar en sabiduría, es necesario ver los dos lados de la ecuación y equilibrar la percepción. Para ello, es recomendable trabajar de la siguiente manera:

  • Cuando percibamos algo que sea muy positivo y que nos haga sentir orgullosos, conviene responder a esta pregunta: “¿Cómo esto que me ha ocurrido es un perjuicio para mí?” Es posible que sorprenda esta pregunta, pero hay que recordar que no hay beneficio sin perjuicio y si tratamos de encontrar el equilibrio, es necesario encontrar lo opuesto. Conviene responder a esta pregunta y encontrar los perjuicios en las 7 áreas de la vida (profesional, mental, físico, financiero, social, espiritual, familiar). Así, se equilibra la ilusión de que todo debe ser bueno, bonito, agradable y placentero.

 

  • Por otro lado, cuando percibamos algo que sea muy negativo y nos haga sentir tristes, deprimidos o avergonzados, conviene responder a la pregunta:”¿Cómo esto que me ha ocurrido es un beneficio para mí?” Es posible que también sorprenda esta pregunta, pero ¿cuántas veces hemos experimentado algo como negativo y vimos después de un tiempo que fue lo que mejor nos hubiese podido ocurrir? Es necesario encontrar beneficios en las 7 áreas de la vida para encontrar el equilibrio inherente en el universo.

Cuanto menos tiempo necesites invertir en reconocer las bendiciones ocultas de cada desafío, más sabiduría tendrás (Dr. John Demartini).

 

Centro DualidadNo hemos venido a este mundo a vivir en la alegría. No hemos venido a este mundo para ser felices; hemos venido para vivir en el amor incondicional, y el verdadero amor incondicional integra la parte positiva y la parte negativa de la vida, porque todo nos sirve para nuestro verdadero crecimiento.

Vive en el centro de la dualidad de lo positivo y lo negativo. Abraza los dos lados de la vida y vivirás en el verdadero amor incondicional.

Amor, sabiduría y crecimiento.
Ana María Jiménez Molina

Publicado en: enero 21st, 2021 / Categoria: Blog /