Existen distintos conceptos básicos para comenzar a entender el universo y su funcionamiento.
En este artículo trataremos algunos de los principios básicos de forma muy sencilla, como pueden ser las distintas frecuencias de vibración que existen en este universo.
Como ya sabemos, nosotros, el ser humano es energía. Todo lo que nos rodea, es energía. Todos estamos hechos de lo mismo: de energía. Entonces ¿qué es lo que nos diferencia a unos de otros? Entre otras muchas cosas, la frecuencia de vibración y los valores.
En el universo existen distintas frecuencias de vibración. Estas frecuencias pueden asemejarse a las distintas emisoras de radio; pues cada una de las emisoras emite en una frecuencia distinta y cada uno de nosotros se sentirá atraído o repelido por lo que emite cada emisora. Esa atracción irá en consonancia con los gustos, valores, aprendizaje, etc. Con el tiempo, es posible que nos cansemos de esa emisora y decidamos cambiar para probar programas y emisiones nuevas, por lo que, cambiaremos de emisora y de frecuencia.
Este símil, podría ser aplicable de forma sencilla a las distintas frecuencias de vibración. Estas, corresponden a los distintos niveles de conciencia que tiene el ser humano.
Todos y cada uno de nosotros, está en un nivel de conciencia distinto, por lo que, nos encontramos en distintas frecuencias de vibración del universo.
No existen mejores frecuencias que otras porque todas pertenecen al Diseño Universal y todas tienen su razón de ser. Todas las frecuencias tienen su parte de dolor y de placer, ventajas y desventajas; por consiguiente, el equilibrio. Dicho esto, veremos que no es mejor ni peor estar en una frecuencia o en otra, sino que los retos y los apoyos que experimentaremos serán diferentes.
Para visualizar estas frecuencias y sus correspondientes niveles de conciencia del ser humano, lo visualizaremos mediante círculos concéntricos.
En este dibujo, podemos visualizar la tierra situada en el universo. Igualmente, podemos visualizar de alguna forma, los distintos niveles de conciencia en cada uno de los círculos concéntricos que la rodean.
Aquellas frecuencias de vibración que están más cercanas a la tierra, corresponden a los niveles de conciencia más primitivos. A medida que vamos ganando en conciencia y sabiduría, vamos subiendo de frecuencias de vibración hasta llegar a la máxima frecuencia que el alma desea. De esta manera, las frecuencias de vibración que están más lejanas a la tierra y más cercanas al universo, corresponden a los niveles de conciencia más elevados. Los seres que se encuentran en las frecuencias más cercanas al universo, son personas que más conciencia y sabiduría tienen.
Haciendo un símil en nuestra vida común, recordemos cuando vinimos a este mundo y comenzamos el colegio, tal vez el parvulario o la educación infantil y fuimos experimentando desafíos cada vez más acordes a nuestra edad y grado de sabiduría. Cada curso nos ofrecía un reto distinto en forma de exámenes y pruebas a superar que valoraban los profesores. Si recordamos nuestro pasado, cada curso lo pasábamos con un grupo de compañeros que eran similares a nosotros en una serie de características, como la edad, conocimientos, zona donde vivíamos, nivel socio-económico, etc.
Veíamos que cada curso que superábamos, los exámenes eran más difíciles y los retos más complicados.
A medida que pasábamos de curso, algunos compañeros seguían con nosotros, pero otros, se quedaban repitiendo curso. Así sucesivamente, hasta conseguir llegar a la Universidad, en el caso de haberlo hecho.
En otros casos, algunas personas que finalizaron con éxito los estudios universitarios, accedieron a realizar un doctorado, que, dicho sea de paso, fueron los mínimos. Y algunos que realizaron el doctorado, accedieron a la cátedra. Que también fueron muy pocos.
Este símil se puede asemejar de manera muy sencilla a cómo accedemos a los distintos niveles de conciencia.
El universo nos ofrece distintos retos para superar dependiendo del nivel de conciencia y de frecuencia en la que nos encontramos. A medida que vamos superando retos, vamos subiendo al siguiente nivel y así sucesivamente.
En este camino, nos irán acompañando las personas afines a nosotros en conciencia y sabiduría. A medida que vayamos adquiriendo mayor conciencia, las personas que están en nuestro círculo concéntrico irán desapareciendo si no realizan su trabajo de aprendizaje. De la misma manera, aquellas personas que adquieran mayor sabiduría y accedan a mayores frecuencias de vibración que nosotros, seguirán subiendo de nivel, dejándonos a nosotros atrás hasta que hagamos nuestro trabajo de aprendizaje y crecimiento interior.
Insisto en que no existen mejores niveles de conciencia que otros porque todos tienen sus retos, pero, al igual que no daríamos a un niño de 3 años una ecuación de segundo grado para que la resolviera, el universo no nos proporcionará una prueba para la que no estamos preparados. Por lo tanto, si se nos presenta un desafío que puede parecer muy complicado, quiere decir que tenemos las herramientas y potenciales suficientes para resolverlo, sólo falta ver de qué manera podemos hacer frente a ese reto.
Muchas personas, inconscientemente, tratan de no acceder al siguiente nivel de conciencia porque perciben que se quedarán solos y perderán a las personas que les acompañan en ese “curso”. Cuando esto ocurre, se está forzando al universo a que repita los retos y desafíos hasta que la persona de alguna manera ascienda al siguiente nivel.
Hay que decir que la percepción de pérdida, es una mera ilusión porque, si bien es cierto que habrá personas que desaparezcan, habrá personas nuevas que aparecerán en el nuevo círculo concéntrico de conciencia. Estas personas serán más acordes a este nuevo nivel de sabiduría y nos acompañarán hasta que accedamos al siguiente nivel.
Esta ley universal no falla y no hace distinciones: “Nada falta, todo está presente. Sólo cambia la forma.”
Esta ley, es aplicable a todos los aspectos de nuestra vida: Con las amistades, compañeros de trabajo, pareja, etc.
A medida que vayamos subiendo de conciencia, iremos adquiriendo mayor nivel de comprensión, sabiduría y magnetismo. Por lo tanto, seremos capaces de empatizar y comprender a aquellas personas que están en niveles de frecuencia inferiores. De otra forma, aquellas personas que aún están en las frecuencias vibratorias inferiores, no entenderán los mensajes de las personas que han superado los retos y que subieron de nivel; las juzgarán y las etiquetarán.
El ser humano no ha venido para ser feliz, ha venido para iluminar e iluminarse. Hemos venido a este mundo para llegar a la frecuencia de vibración más alta aunque para llegar hasta allí, tengamos que recorrer los distintos niveles de conciencia.
Existe una escala ascendente entre las diferentes frecuencias de la conciencia de la humanidad.
Estas etapas van desde la más primitiva y fundamental.
Se resumen como sigue:
1.- Etapa inmadura de conciencia: Se caracteriza por el miedo, la culpa, el arrepentimiento, el castigo y la recompensa.
2.- Etapa Intermedia de conciencia: Caracterizada por la esperanza, la fe, la aceptación, la disculpa y el perdón a la mayoría de lo universal.
3.- Etapa de madurez de conciencia: Caracterizada por la gratitud, el amor, la certeza y la presencia.
La mayoría de personas se encuentran en la primera fase de madurez, algunas personas están en la segunda fase de madurez, y una minoría funcionan en la última fase de iluminación.
Afortunadamente, cada vez hay más humanos que están pasando de la primera etapa a la segunda y de la segunda a la tercera.
La humanidad está despertando y viajando hacia la luz, pero aún queda trabajo por hacer.
Nos encontramos en una magnifica etapa de crecimiento hacia la iluminación y es nuestra responsabilidad llevarlo a cabo, por el bien nuestro, de la humanidad y del universo.
Gracias por abrirme las puertas de vuestro corazón hacia la iluminación….
Amor e inspiración
Ana María Jiménez